Voluntad y empatía como bandera: un cambio de mirada hacia una sociedad más amable
Según la Real Academia Española, la voluntad es (entre varias acepciones) la ¨facultad de decidir y ordenar la propia conducta¨, la "Intención, ánimo o resolución de hacer algo¨. Por Gabriela Fusco*
Cuando transitas en un mundo donde en verdad todos estamos conectados pero muchas veces desconectados del entorno, en la vorágine que hace que nos miremos más a nosotros mismos que a los ojos de quienes nos rodean, que vivamos repletos de estímulos pero carentes de información; abrir un camino alternativo se vuelve prioritario. Muchas veces no somos conscientes de diversos temas hasta que llegan a nuestras vidas o a la de las personas que nos rodean.
Hasta aquel día en el cual el primer profesional que interconsultamos expresó “TGD No Especificado – Autismo” no había estado en contacto con ningún término idéntico ni derivado. No tenía idea de lo que implicaba concretamente pero tenía una enorme necesidad de entender. Por eso, lo primero que llegó a mí en referencia a mi hija venía de ideas estereotipadas sobre el tema: “No va a hablar, no va a jugar, no va a tener amigos ¡Esto es terrible!”. He aquí cuando entra en juego la gran cantidad de mitos que existen sobre el autismo: un niño solo que no quiere estar con nadie y que vive “en su mundo”, como muchas veces se afirma.
Según información publicada en 2023 por la Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos, 1 de cada 36 niños en edad escolar tiene una condición del espectro autista; un número que viene en aumento respecto a años previos y que nos muestra una realidad: vivimos un mundo neurodiverso.
Todos estos años desde aquel día que el autismo llegó a golpearnos la puerta fueron años de muchos aprendizajes. Cuando la vida te presenta un desafío tal y cuando un niño depende del hacer de sus cuidadores, los padres tenemos un rol fundamental. Pero el mayor punto de este camino no tiene que ver con el niño en sí ni con su círculo cercano, sino con la sociedad que los rodea. Si bien el mundo en el cual vivimos ha evolucionado en diferentes temas, aún nos queda mucho por aprender. Las barreras principales que tienen las Personas con Discapacidad están en la sociedad en la cual viven. Muchas veces estos niños, jóvenes y adultos con una condición del desarrollo son vistos como el problema a resolver para que se adecuen a las reglas y formatos de una comunidad ya pre-moldeada.
Muchas veces vemos a padres intentando lograr que su hijo ingrese a una escuela común con inclusión, lo cual es un derecho, y se encuentran con barreras tales como las del límite impuesto de niños con una condición dentro del aula, la invitación a dirigirse a una escuela especial o la respuesta de negación de vacante al descubrir el diagnóstico, bajo la excusa de que la institución no está preparada. Me pregunto si ese niño y esos padres están preparados para esos rechazos y la odisea de conseguir un colegio que los reciba.
Otras tantas veces estos niños son invitados a formar parte de un colegio común pero son dejados en un rincón al azar de la maestra acompañante, integrando pero no incluyendo. Semejante es el caso de las invitaciones a cumpleaños o eventos sociales para lo cual hay una frase muy real de Julia Moret, mamá de un joven autista, que ha circulado en Instagram: ¨Inclusión no es dejar entrar a alguien y tenerlo sentado en un rincón para sentirnos amables¨. Esta frase es corta, concreta y real.
¿Cuántas veces nos replanteamos el concepto de “inclusión”̈ y lo que implica? ¿Por qué las Personas con Discapacidad deben pedir permiso para formar parte? ¿Es que ellos no pueden y no deben porque requieren mayor atención, apoyos y repensar una actividad para que sean parte activa de la misma?
Muchos interrogantes surgen cuando estos temas se empiezan a profundizar. Incluir es mucho más que invitar, es mucho más que dejarlo ingresar, es que forme parte activamente teniendo en cuenta sus intereses y necesidades. Es un desafío para todos y es real, por eso muchas organizaciones están a disposición para dar apoyo e información de calidad para quienes lo necesiten.
Las Personas con Discapacidad tienen el derecho de vivir en una sociedad que los comprenda, que deje de lado los prejuicios, de un colegio que sepa cómo acompañar al niño en su aprendizaje y desarrollo no solo de una acompañante que sea el único apoyo, necesita una sociedad informada.
Pero además de la información, lo que debemos tener es un cambio de actitud. Por esto, la raíz de este cambio radica en la voluntad, una forma intencionada de cambiar algo y de construirlo. Sobre eso debemos trabajar si queremos llegar a implementar los cambios que buscamos, no solo por las Personas con Discapacidad que están esperando poder ejercer plenamente sus derechos contenidos en la Convención de las Personas con Discapacidad sino también por cada uno de los que formamos parte de la sociedad.
No hay un colectivo que se transforma sino un todo. Tanto el destinatario de esa transformación como el que la propicia se convierten y resignifican en ese cambio, se genera un crecimiento colectivo. Ahora bien, la invitación está en cada uno y lo que queda es la voluntad para dar el primer paso con la empatía como combustible emocional.
*Gabriela Fusco es Licenciada en Comunicación Social y defensora de los derechos de las Personas con Discapacidad. Tiene un rol activo en comunicar en pos de la convivencia para construir un mundo mejor en el cual todos estemos incluidos. Es mamá de dos niñas, pianista desde los 8 años, cantante y escritora de diversos textos.